¿Os imagináis tener un hijo con cabeza de hombre y cuerpo de toro? Esto es lo que le ocurrió a Minos, pues su mujer Pasífae tuvo un hijo con un toro enviado por el propio Dios Poseidón. Muchos datos verdad, como siempre iremos poco a poco.
Minos era hijo de Zeus, el todo poderoso, y de Europa. De esta unión no solamente nació Minos sino que nacieron dos hijos más: Serpeón y Radamantis. Zeus, queriendo lo mejor para Europa y sus hijos le caso con Asterión, rey de Creta, quien adoptó a Minos y a sus dos hermanos como si fuesen hijos propios. Cuando Asterión muere Minos quiere todo el poder para él solo y obviamente a sus hermanos les parece un poco egoísta y no están de acuerdo. Pero Minos justifica su postura diciendo que los dioses le destinaban todo el reino y que la prueba de ello es que el cielo le concedería cuanto pidiera. Anda que no era chulo.
Y ¿qué pidió Minos para que le creyerán? Pues no se le ocurrió mejor idea que pedir a Poseidón, os acordáis el dios del mar, que hiciese salir un toro del mar y que él a cambio se lo sacrificaría. Por supuesto Poseidón cumplió su parte, el toro salió mar pero a Minos, le gustó tanto, tanto, tanto el animal que decidió olvidarse de la parte del sacrificio y conservarlo, mandándolo a sus rebaños.
Poseidón se enfando muchísimo por el incumplimiento de la promesa de Minos y la venfanza fue fuerte. Volvió al toro muy furioso además de que, años más tarde la esposa de Minos, Pasífae tuvo un hijo con ese toro. Pregunta obvia, ¿quién es este hijo? Adivináis bien, el Minotauro, que significa toro de Minos.
Situado el origen del minotauro, la siguiente pregunta que me gustaría contestar es la siguiente: ¿cómo creéis que reaccionó Minos cuando vio el aspecto de su hijo? Pues asustado y avergonzado, hasta tal punto que decidió construirle un enorme palacio de nombre Laberinto. Os figuráis con este nombre cuál era su principal característica ¿no? Exacto, el Palacio estaba formado por tal embrollo de salas, pasillos y corredores que nadie salvo el artista que lo construyó, era capaz de encontrar la salida.
Y allí se encerró al Minotauro que únicamente comía carne humana y cada vez se volvía más y más salvaje.
A la par que se encerraba al Minotauro otro de los hijos de Minos, Androgeo, fue asesinado en Atenas después de una competición olímpica donde había quedado campeón. Ante semejante afrenta Minos, reunió una flota y se dirigió a atacar Atenas, pero como la guerra se estaba prolongando más de lo debido, Minos rogó a Zeus su padre que le ayudase a vengarse de los ateniense y el hambre y la peste azotó la ciudad de Atenas.
Con el paso del tiempo los ateniense extrañados ante la poca efectividad de los sacrificios realizados para doblegar a la peste, consultaron el oráculo y éste les dijo que la única manera que tenían de solucionarlo era dar a Minos lo que les pidiera. Minos exigió que todos los años la ciudad de Atenas debía dar como tributo a Creta siete muchachos y siete doncellas sin armas que serían internados en el Laberinto y allí vagarían perdidos y sin rumbo o hasta que se encontrarse con el Minotauro. Creo que no hace falta decir lo que ocurría.
Con el paso del tiempo los ateniense extrañados ante la poca efectividad de los sacrificios realizados para doblegar a la peste, consultaron el oráculo y éste les dijo que la única manera que tenían de solucionarlo era dar a Minos lo que les pidiera. Minos exigió que todos los años la ciudad de Atenas debía dar como tributo a Creta siete muchachos y siete doncellas sin armas que serían internados en el Laberinto y allí vagarían perdidos y sin rumbo o hasta que se encontrarse con el Minotauro. Creo que no hace falta decir lo que ocurría.
Y ¿cómo acaba la historia? pues como siempre con un joven valeroso que es capaz de vencer a la bestia, en este caso el joven se llama Teseo.
Tras tres tributos la ciudad de Atenas estaba cansada de la historia del Minotauro y de ver embarcar a sus jóvenes para ser deborados, así que comenzaron a murmurar contra Egeo, el rey de Atenas y padre de ese joven valeroso de nombre Teseo.
Teseo, preocupado por la situación y con la intención de calmar a la gente decide ofrecerse voluntario para embarcar hacia Creta, plenamente confiado, eso sí, de que será capaz de vencer al minotauro. Y por supuesto lo vence, pero en este "labor" tiene una ayuda de excepción, Ariadna, una de las hijas de Minos que cuanto ve a Teseo se enamora de él y a cambio de que una vez logrado el triunfo se case con ella y la saque de su patria, da un arma verdaderamente infalible: un ovillo de hilo que le iba a recordar por donde debía salir del Laberinto.
Por supuesto Teseo venció al Minotauro, a puñetazos todo hay que decirlo, y cumplió su promesa con Ariadna, la saco de su patria. Tras hundir a los navíos cretenses para impedir la persecución, Teseo se embarcó de noche acompañado de Ariadna y de los jóvenes atenienses que había salvado del Minotauro. Lo que viene ahora es otra parte de la historia pues en la primera escala que Teseo hizo abandonó a la bella Ariadna, dejándola sola en la isla de Naxos. El motivos de esta deserción os los cuento otro día.
Si os ha gustado, el próximo viernes
tendréis otro monstruo mitológico. Una manera divertida y amena de
introducir a nuestros niños en el fascinante mundo de la mitología.
Pinchando en el siguiente enlace accederéis a la lista de los 20 monstruos que en las próximsa semanas comentaremos.
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