domingo, 11 de mayo de 2014

CUENTOS EN 50 IMÁGENES: RACHÓNCHIGO (RAPUNZEL). Un cuento de los Hermanos Grimm narrado por sus mejores ilustradores

 

Había una vez un hombre y una mujer que deseaban ardientemente y en vano tener un hijo,
 hasta que finalmente la mujer concebió esperanzas de que Dios cumpliese sus deseos.


Tenían en la parte trasera de la casa una pequeña ventana que daba a un 
maravilloso jardín lleno flores hermosísimas y plantas.

Wanda Gág

Sin embargo el jardín estaba rodeado de un enorme muro y nadie se atrevía a entrar
 pues pertenecía a una hechicera que tenía gran poder y era temida por todo el mundo.

Ernst Liebermann

Un día la mujer estaba asomada a la ventana y miraba hacia el jardín y vio un arriete de raponchigos, 
tan frescos y tan verdes que se le antojaron

Otto Ubbelohde, 1907

Pasaron los días y su deseo iba en aumento pero como sabía que no podía tenerlos se fue demacrando 
y palideciendo. Cada día su aspecto se veía más triste y preocupante.

Otto Speckter, 1857

El marido se asustó y le preguntó:

-¿Qué es lo que te sucede?

-¡Ay! contestó ella. Si no puedo comer ningún rapónchido del jardín
 de nuestra vecina, moriré.

El hombre que amaba mucho a su mujer se dijo para sus adentros:

- antes de dejarla morir yo le conseguiré esos raponchigos, 
cueste lo que cueste.

Otto Speckter, 1857

Así al atardecer trepó a toda velocidad el muro de la vecina, cogió los rapónchigos 
y se los llevó a su esposa que se los comió rápidamente y con gran ansiedad.

Pero lejos de saciarse su ansiedad, le gustaron tanto que a la mañana
 siguiente tuvo el doble de apetito.

Otto Speckter, 1857

Así que el pobre marido, para que la mujer consiguiese estar tranquila 
volvió a trepar el muro por segunda vez . Pero esta vez no tuvo tanto suerte y
 cuando descendía se asustó enormemente al ver a la bruja frente a él.

Arthur Rackham

En cuanto la bruja le vio le dijo:

¿Cómo osas entrar en mi jardín y llevarte, cual ladrón, mis rapónchigos?

Ay! mi mujer ha visto los rapónchigos desde la ventana y si no se los hubiese llevado  habría muerto.

Ernst Liebermann

La bruja le dejó llevar todos los rapónchigos que quiso con una condición:

CUANDO NACIESE SU HIJO SE LO DEBÍA DAR

El hombre por miedo aceptó y el mismo día en que su mujer dio a luz apareció la hechicera,
 le puso a la niña el nombre de Rapónchigo y se la llevó consigo.


Pasaron los años...

Lisa Keene

Y Rapónchigo era la niña más hermosa que os podáis imaginar.

  Claire Keane

Cuando tuvo quince años la hechicera la encerró en una torre que no tenía puerta ni escalera, 
únicamente tenía una pequeña ventana.

Helga Gebert

Y allí, mirando por la ventana, nuestra bella niña pasaba sus días.

Alix Berenzy

Cuando la bruja quería entrar gritaba desde abajo:

-¡RAPÓNCHIGO!¡ RAPÓNCHIGOOOOO
 deja caer tus cabellos!

Toshiaki Kato

Rapónchigo tenía un cabello hermosísimo, finos como si fuesen de oro hilado. 

 Sousa Kuteki

Cuando oía a la bruja soltaba sus trenzas,


 las enrollaba en un gancho 


P. J. Lynch
 
y la hechicera trepaba por ellas
  
Paul Zelinsky

Pasados los años sucedió que el hijo del rey se fue a pasear por el bosque...

Sarah Gibb

 y llegó a la torre

Johnny Gruelle, 1812

Entonces oyó un canto tan agradable que se detuvo y escuchó. 

Paul Zelinsky


Era Rapónchigo que cuando estaba sola pasaba el tiempo dejando sonar su dulce voz

Kakao Bean

El hijo del rey quisó subir al lugar del que provenía la música pero al no encontrar 
la forma volvió cabalgando a su castillo.

Ksenia Kareva

Pero la música le había conmovido tanto que no fue capaz de olvidar la canción y volvía cada día y lo escuchaba desde detrás de unos matorrales.

Otto Speckter, 1857

Una de esas tardes que el principe escuchaba oyó una voz que gritaba:

-¡RAPÓNCHIGO!¡ RAPÓNCHIGOOOOO
 deja caer tus cabellos!

Anne Anderson

Y vio como Rapónchigo lanzaba sus trenzas...


y la hechicera subía por ellas a la torre.

Trina Schart Hyman

Si esta es la manera yo también probaré suerte- pensó para sí el príncipe. 

Y al día siguiente cuando empezó a oscurecer se puso bajo la ventana y dijo:


-¡RAPÓNCHIGO!¡ RAPÓNCHIGOOOOO
 deja caer tus cabellos!

Iratxe López de Munáin

Rápidamente cayeron los cabellos y el príncipe pudo subir.

Arthur Rackham

Al principio Raponchigo se asustó mucho al ver al príncipe

Paul Zelinsky
 
 Pero cuando le contó cómo le había impresionado su canción y que si no 
la escuchaba todo el día no conseguiría encontrar la tanquilidad,
Rapónchido se tranquilizó.

Trina Schart Hyman

Después de esto Rapónchigo perdió el miedo y el príncipe le preguntó si quería casarse con él.

Henry J. Ford

Rapónchigo viendo lo joven y atractivo que era el impíncipe le dijo que sí 

Walter Crane, 1882

Pero poniéndo su mano sobre la de él le dijo:

-me iré encantada contigo pero tenemos un problema. 

NO SÉ CÓMO BAJAR DE AQUÍ.

Laura Ramie

- La próxima vez que vengas trae un cordel de seda con el que pueda tejer 
una escalera y cuando este lista bajaré y tú me montarás en tu caballo.

Ksenia Kareva

Durante un tiempo el hijo del rey iba todas las tardes, 

Jessie M. King

subía a la torre


Isobel Lilian Gloag

y pasaban la tarde juntos. 


La hechicera no sospechaba nada, pero un día mientras tejían Rapónchigo le dijo:

Trina Schart Hyman

-Dígame señora:

¿Cómo es que me cuesta mucho más subirla a usted  que al hijo del rey?

Kay Nielsen, 1925

Cuando la hechicera oyó aquello exclamó:

-embustera, me has estado engañando todo este tiempo.

Ernst Liebermann

Y agarró los cabellos de Rapónchido, rodeo con ellos su cuerpo...

Francis Philips

 cogió unas tijeras y los cortó.


Pero no acabó aquí la cosa, 
fue tan despiadada que llevó a Rapónchigo lejos de allí a un desierto 

Amanda Gray, 2008

donde pasó un sin fin de necesidades

Kris Waldher

Y  el mismo día en que la arrojó de su lado sujetó los mechones que había 
cortado en el gancho de la ventana y cuando el hijo del rey gritó:

-¡RAPÓNCHIGO!¡ RAPÓNCHIGOOOOO
 deja caer tus cabellos!

 A. H. Watson

La hechicera dejó caer los cabellos cortados. Cuando el hijó del rey subió cual 
no sería su sorpresa al encontarrse con la hechicera que le dijo:

Iratxe López de Munáin

-Tú te querías llevar a tu amada pero ella ya no está aquí, 
el pájaro ha volado del nido y tu nunca más volverás a verla

Cuando el príncipe escuchó esas palabras sintió tal dolor que se puso fuera de sí
 y en su desesperación cayó por la ventana.

Paul Zelinsky

Salvó su vida pero los espinos en los que cayó le sacaron los ojos.

A continuación erró solo y ciego por el bosque lamentándose por la pérdida de su amada. 
Así estuvo algunos años y finalmente llegó al desierto donde vivía Rapónchigo 
con los dos gemelos que había tenido: un niño y una niña.

Kris Waldher

Oyó una voz, y le pareció tan conocida, que se dirigió hasta allí 
y al acercarse Rapónchigo lo reconoció y se echó a su cuello llorando

Simon Kozhin

Sus lágrimas humedecieron los ojos y en ese momento el príncipe pudo volver a ver.
 Rapónchigo y el príncipe volvieron al reino y vivieron felices y contentos el resto de sus días.



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1 comentario:

  1. ¡Preciosos! Pero en especial, por su originalidad, me ha llamado la atención el de Laura Ramie. Gracias por compartir.

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