Hoy en El Mundo de... vamos a hablar de Marisol Misenta, ilustradora, escritora, dibujante, artista gráfica, compositora, cantante... a la que todos conocemos como Isol.
Nacida en Argentina en 1972, con tan sólo veinticinco años, consigue fama y reconocimiento, gracias a su libro Vida de perros que se alzó con una mención de Honor en el Concurso A la orilla del Viento, de
Fondo de Cultura Económica de México. A partir de ese momento la producción de más libros, en las que ella ilustra sus propias historias o las de otros, no se ha interrumpido. Su obra se ha traducido a varios idiomas; países como México, España, Suiza, Portugal, Bélgica, USA, Francia, Noruega, Estonia, Canadá, Turquía y Argentina la editan y, por supuesto, ha conseguido los más importantes premios dentro de la literatura infantil: Premio Golden Apple en 2003, finalista del Premio Hans Christian Andersen (2006, 2007) y, tras haber sido nominada ininterrumpidamente desde el 2006 el pasado año obtuvo, ni más ni menos, que el Astrid Lindgren Memorial Award.
Con esta carta de presentación bien merece que indaguemos en su obra. Nuestra propuesta para hoy, visitar tres libros de la extensa bibliografía que tiene publicada.
Los libros de Isol nos ofrecen otra mirada de una situación conocida. Nos hacen salir de nuestras subjetividades y dudar de nuestras certezas. Sus libros son un continuo cuestionamiento de situaciones dadas y un perfecto ejemplo de ello es Vida de perros. Como para tantos niños, para el protagonista de esta historia su mejor amigo, su amigo "de veras" es su perro: Clovis. Amo y mascota tiene tal grado de afinidad que no hay importantes diferencias entre ellos. Les gusta hacer las mismas cosas, jugar a los mismos juegos, planear las mismas travesuras y ante tanta semejanza a nuestro protagonista le entra una duda trascendental, ¿no será él un perro? Así que decide preguntárselo a su madre.
Madre ¿cómo sabes que no soy un perro?
[...]
-Si fueras un perro te gustaría embarrarte en los charcos
y correr ladrando a los autos.
-¿y qué más?-
Bueno si fueras perro harías pis en los árboles
y los chicos de la
escuela se subirían a tu lomo.
[...]
¿Ves por qué sé que no eres un perrito?
Como cabía esperar las respuestas, sabiamente ponderadas de mamá, lejos de alejar sus dudas le hacen vivir toda una
serie de aventuras en las que estos dos amigos, demasiado locos para haber ganado aquel primer concurso al que se presentó Isol, descubren y nos hacen descubrir el significado de palabras
como lealtad, amistad y solidaridad.
Los personajes de Isol son como nuestro primer protagonista rebeldes y cuestionadores. Son personajes frescos, niños de verdad a los que se les nota todo lo que les pasa, aunque eso implique ser incorrectos políticamente. Sus historias tratan de temas muy cercanos al niño e Isol siempre está del lado del protagonista, ve el mundo a partir de sus ojos y deja, con un sentido del humor exquisito todo hay que decirlo, palpable la idiotez de muchos de los actos, respuestas y acciones de la edad adulta. Ejemplos muchos: el de la madre continuamente enojada que se transforma en globo; los secretos de una familia de los que nadie se puede enterar, o, como olvidar, a Petit el monstruo, ese niño que intenta averiguar porque sus acciones en ocasiones son digna de alabanza y en otras motivo de castigo.
Petit es un niño como otro cualquiera. Bueno, muy bueno cuando juega con su perro, en los ejercicios de Lengua, inventando cuentos, con su abuelo Paco, cuidando de sus juguetes... y malo, y muy malo por cierto, cuando miente, cuando tira del pelo a las niñas o en las temidas Mates. Petit no es una excepción, es como la vida misma en donde las cosas no son blancas o negras sino que el comportamiento humano está lleno de paradojas en sus acciones y sentimientos. Lo diferente en este libro es que Isol en esa infancia sin cesuras, sin tamices, sin idiotizar a los niños que nos presenta, es capaz de contárnolo desde la perspectiva de Petit.
Me interesa mucho lo que sucede cuando uno se corre del lugar de
costumbre
para jugar con otras miradas, como mirar el mundo desde
diferentes ángulos
o perspectivas, lo cual es un gran elemento para
crear y soñar lo que aún no existe.
Me gusta trabajar con el humor y el
ridículo, como manera de agilizar la mente y
no temer los cambios. Mis
personajes suelen estar en situaciones en donde hay un
conflicto que
tiene que ver con jugar un rol propio y no solo el que “les toca”.
Hay
temas que veo que se repiten: la identidad, el deseo, la curiosidad por
lo
que no se ve a primera vista…
(Isol)
Mirar el mundo desde diferentes ángulos. Exponer la misma situación de varias maneras lo podemos ver llevado al extremo en el último ejemplo del que hoy vamos a hablar: Tener un patito es útil.
No, no me he equivocado de título. Realmente el título, pese a la portada que os he puesto, es Tener un patito es útil, o ¿no?
Todo vale en el mundo de Isol, todo cuestionamiento es bueno. Lo que tenemos en este caso es un libro objeto, concebido como si de una acordeón se tratará, en donde de los mismo dibujos surgen dos historias: la del niño y la del pato. Es un ejemplo perfecto de libro-álbum, que va incluso más allá pues cuestiona esa idea que tenemos de que es el texto quien cuenta la historia y que éste puede ser ilustrado de mil maneras diferentes. Aquí unos dibujos absolutamente esquemáticos, como si de un manual de instrucciones se tratara, son quienes permanecen fijos y es el texto el que cambia y nos cuenta dos historias.
Todo vale en el mundo de Isol, todo cuestionamiento es bueno. Lo que tenemos en este caso es un libro objeto, concebido como si de una acordeón se tratará, en donde de los mismo dibujos surgen dos historias: la del niño y la del pato. Es un ejemplo perfecto de libro-álbum, que va incluso más allá pues cuestiona esa idea que tenemos de que es el texto quien cuenta la historia y que éste puede ser ilustrado de mil maneras diferentes. Aquí unos dibujos absolutamente esquemáticos, como si de un manual de instrucciones se tratara, son quienes permanecen fijos y es el texto el que cambia y nos cuenta dos historias.
Realmente hay un cambio pero ni tan siquiera en el trazo del dibujo, sino en el color. La historia del niño, esa que lleva por título Tener un patito es útil, es pintada en amarillo y la del pato en azul.
Desde la contención, con el texto justo y preciso, con unos dibujos sumamente expresivos, de trazo simple y en donde línea y color
no tiene porque ir alineados, Isol, como dijo el jurado del premio ALMA, crea libros con imágenes que
vibran con energía y emociones explosivas, narrados desde la perspectiva del propio niño.
Para que continuéis disfrutando de Isol os dejamos el enlace a su página web (aquí), a su blog (aquí) y un precioso corto que publicamos en la mejor animación (aquí), pero que creo que bien merece volver a ser visto.
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