sábado, 15 de marzo de 2014

El gato con botas dibujado por los mejores


Un molinero dejó por herencia a sus tres hijos un molino, un burro y un gato. 
[...] El mayor se quedó con el molino, el segundo con el burro y al más joven 
solo le tocó el gato.

Warwick Goble, 1913

Mis hermanos podrán ganarse la vida si se asocian; 
pero en cambio yo -pensaba en voz alta- en cuanto me
 haya comido el gato [...] me moriré de hambre.

W. Heath Robinson

El gato que le escuchaba fingiendo no prestar atención, le dijo con gran seriedad:

-No os aflijáis, amo no tenéis más que darme una bolsa
 y confeccionarme unas botas y ya veréis
como no os ha tocado tan mala herencia en suerte. 

 Walter Crane

Aunque el amo no se fió de aquello [...] decidió probar. [...] 

 
Leon Baskt, 1921
 
y cuando el gato tuvo todo 
lo que había solicitado, se calzó bien las botas, se echó el saco al cuello y se dirigió a un coto 
de caza donde había gran cantidad de conejos.

Gertrude Jekyll, 1869

Una vez allí se tendió en el suelo y esperó a que algún conejito viniese a colarse dentro del saco. 

Carl Offterdinger

A poco de acostarse, vio satisfechos sus deseos. Aprentando rápidamente los cordones,
lo cazó y lo estrángulo sin miramientos.


Walter Crane

 Y muy orgulloso de su proeza fue a ver al rey y pidió audiencia.


Nada más entrar hizo una gran reverencia al soberano y le dijo:
-Aquí tenéis, Majestad, un conejo del monte del señor Marqués de Carabás, me 
lo ha encargado que lo traiga de su parte.

Maxfield Parris, 1914

Dile a tu amo -le respondió el rey- que se lo agradezco mucho y que me place.
Y así continúo el gato, llevando de vez en cuando diferentes piezas que según decía 
eran obsequio de su amo.

Lucien Laforge, 1920

 Un día se enteró de que el rey iba a salir de paseo por la orilla del río con su hija, 
la princesa más bella del mundo.
 
 
Arthur Rackham, 1933

Así que le dijó a su amo:
Si aceptáis mi consejo, vuestro provenir estará resuelto: lo único que tenéis que hacer es 
entrar a bañaros en el río por el sitio que yo os indique y lo demás dejadlo
por mi cuenta.

 Gustav Doré, 1883

Y así fue, el Marqués de Caravás hizo todo lo que su gato le aconsejó [...]

Mientras se estaba bañando el rey pasó por allí, y en ese justo momento
el gato empezó a gritar con todas sus fuerzas:

-¡Socorro! ¡socorro! Mi amo el Marqués de Carabás se está ahogando!



Al oír estos gritos el rey sacó la cabeza por la portezuela de su carroza y,
reconociendo al gato que le había obsequiado tantas veces, 
dio orden a su séquito de que se apresurasen a socorrerle.



El rey ordenó a los oficiales encargados de su guardaropa que fuesen enseguida
a buscar uno de sus hermoso trajes [...]
Cuando se vistió el rey le hizo grandes demostraciones de amistad.


Walter Crane
 
 Una vez salvado quisó el rey que subiese con ellos a la carroza y los acompañase. 
El gato, encantando de ver como sus planes iban por el buen
 camino tomó la delantera.

 anónimo, 1885.

Y cuando se encontró con unos segadores que estaban trabajando les dijo:

-Escuchadme bien como no le digáis al rey que todo este prado que estáis
segando pertenece al Marqués de Carabás, juró que os haré picadillo.

 
Gustave Doré, 1883 

Cuendo el rey pasó por allí un poco después y pregunto a los segadores de quien eran todos
aquellos prados, los cosechadores no dudarón ni un momento en responderle:

-son del marqués de Carabás.

El gato, que seguía avanzado delante, fue haciendo lo mismo con cuantos encontraba;
 y el rey estaba maravillado de las grandes riquezas que poseía el Marqués de Carabás.

Tarrant, 1915


Finalmente, maese gato llegó a un hermoso castillo.  
Una vez allí y pese a saber que su dueño era un ogro decidió llamar a la puerta.


 Arthur Rackham, 1913

 El gato, que se había informado cuidadosamente acerca del ogro y 
de lo que era capaz de hacer, decidió pedirle audiencia y le dijo 
que no había querido pasar tan cerca del castillo sin tener el honor de presentarse.



 Gustave Doré, 1883

El ogro lo recibió todo lo cortesmente que se puede esperar de un ogro  y le hizo tomar asiento. 
Walter Crane

Me han asegurado -dijo el gato- que tenéis el poder de transformaros en toda clase
de animales; que podéis, por ejemplo transformaros en león o en elefante.

Es cierto- respondió bruscamente el ogro- y para que  no lo pongáis en duda,
enseguida vais a ver cómo me convierto en león.

George Cruikshank, 1864

...Y en elefante...

Me han asegurado también, pero eso sí ya me resulta imposible de creer, 
que sois capaz de tomar la forma de animales minúsculos; 
por ejemplo de una...

...RATA...

¿Imposible?- pues ahora veréis.

Otto Speckter, 1843

El gato, tan pronto como lo vio, se lanzó sobre él y se lo comió de un bocado.

A todo esto, el rey, que había visto el hermoso castillo del ogro quisó entrar en él, 
y el gato en cuanto 
oyó la carroza salió a recibirles.

Edmund Dulac, 1929

Otto Speckter, 1843

En cuanto vio a su majestad le dijo:

Sea vuestra Majestad bienvenido al castillo del Marqués de Carabás.

¿Cómo, marqués -exclamó el rey- también este es su castillo?
Me asombran sus riquezas.

Harry Clarke, 1922

El Marqués ofreció su mano a la princesa y, siguiendo al rey que iba delante, 
entraron en un gran salón donde encontraron preparada una magnifica merienda.

Joseph Kronheim

El rey, encantado de las riquezas del señor Marqués de Carabás, lo mismo que la 
princesa que estaba totalmente enamorada, después de haber bebido cinco o seis copas le dijo:

-Sólo de vuestra voluntad depende, que os convirtáis en mi yerno, señor Marqués.

Tarrant, 1913

Por supuesto el Marqués, entre grandes reverencias, acepto el honor que el rey le hacía; y aquel
mismo día quedaron prometidos la princesa y él. 

Y nuestro amigo gato se convirtió en un GRAN SEÑOR y ya nunca más tuvo que
cazar ratones más que por pura diversión.

Félix de Gray, 1924



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