¿Quién no quiere que le quieran? Tener alguien que le cuide, alguien con el que compartir su vida, que se preocupe por él, que le acompañe cuando este enfermo... en definitiva tener un compañero incondicional.
Esto es, precisamente, lo que más desea la protagonista de ¡Qué lata de rata!, el libro que recomendamos esta semana. El único "problemita" es que nuestra protagonista es una rata, una rata corriente, una rata callejera o como le llama la gente una
...RATA APESTOSA...
que vive en el cubo nº 3, del Callejón de la Mugre
y desde allí sueña con conseguir
algún día SER LA MASCOTA DE ALGUIEN,
ser de alguien.
y desde allí sueña con conseguir
algún día SER LA MASCOTA DE ALGUIEN,
ser de alguien.
Nuestra rata sabe muy bien que en esta vida compartida que ella tanto desea no todo son ventajas. En ocasiones hay que ceder como le sucede a su amiga Paqui, una chinchilla que vive Madame Fifí que aunque tiene la suerte de vivir como una reina y alimentarse todo el día a base de bombones, también tiene que aguantar que la bañen y perfumen cada semana y esto a una rata le resultaría complicado.
O como Oscar el gato siamés del señor Capitoste que aunque es un afortunado que está muchísimo tiempo solo y puede hacer lo que le da la gana, esto en ocasiones tiene la desventaja de convertirse en un auténtico aburrimiento.
Pese a todos los incovenientes que le puedan mostrar, nuestra rata apestosa lo tiene claro: haría cualquier cosa por ser la mascota de alguien y tener un sitio fijo en el que vivir, así que decide ponerse manos a la obra. Lo primero que se le ocurre es visitar la tienda de mascotas de la señora Gorgorito para preguntarle sobre sus posibilidades de ser adoptada como animal de compañía.
Os podéis figurar que muchas esperanzas no le da, pero si una estupenda idea:
Poner un anuncio en el escaparate. Nunca se sabe.
Y así lo hace:
Y, ¿sabéis qué? Nuestra amiga consigue que don Antiparras, alguien sin mucha vista pero con un gran corazón, se fije en ella y se la lleve a su casa.
En esto de la amistad y del amor siempre a un roto para un descosido. A nuestra rata le sirvió con desearlo muy, muy fuerte y confiar en que llegaría. Probemos a hacer lo mismo.
Estupenda historia y estupendo libro, como todos los firmados por la genial Lauren Child, de la que si recordáis hace unos meses reseñamos Nunca jamás me comeré un tomate. Con su característica manera de narrar historias a partir de collages en los que superpone viñetas, estampados retros, fotografía de objetos reales... además de jugar sabiamente con la perspectiva, los tamaños, sus expresivos personajes perfilados en negro y el propio texto que se convierte en un elemento visual más con el que jugar, hace que los niños se sorprendan y se enganchen de manera inmediata.
Figuraros hasta que punto logra conectar con el lector que anoche en mi casa cambiamos los papeles y fue mi hija quien me leyó a mí. Cuando llegamos a la mitad del libro yo, preocupada porque hoy había colegio, le dije que lo dejábamos para mañana y ella me respondió: por favor, mamí ahora no. No me hagas esto.
Por supuesto acabamos el libro. Creo que no hay mejor piropo para ningún autor.
Al igual que pasó con Nunca jamás comeré tomates del que nació la maravillosa serie de televisión Charlie and Lola (traducida en castellano como Juan y Tolola), That pesky rat también fue adaptada a la televisión con gran éxito.
Por si todo lo que hemos contado no os parece suficientemente atractivo, los beneficios de la venta de este libro están destinados al programa"Educación de los niños en riesgo" patrocinado por la Unesco. La verdad que más no le podemos pedir a su lectura.
Si te ha gustado y quieres que ver alguna otra de nuestras recomendaciones literarias pincha en el siguiente enlace.
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