lunes, 1 de septiembre de 2014

Zorro, de Margaret Wild y Ron Brooks

Buenas a tod@s. Tras nuestro descanso estival ya estamos de vuelta. Lo hacemos con muchas ganas y nuevas ideas que iremos desgranando a lo largo de los próximos días. Hoy queremos comenzar con una de las secciones más exitosas del pasado curso, aquella en la que todos los lunes os recomendábamos un libro especial para nuestros niños. El título elegido, Zorro y lo firman Margaret Wild (texto) y Ron Brooks (ilustraciones).


 Zorro nos traslada a un bosque australiano. Un bosque calcinado en donde se encuentran Urraca y Perro. Urraca tiene un ala quemada, por lo que no puede volar, y la visión de Perro, con un ojo perdido, está bastante mermada. Pero cada uno, como sucede en las mejores amistades, suple las carencias, las limitaciones del otro.


Con Urraca aferrada a su lomo Perro corre entre los matorrales,
atraviesa los eucaliptos, deja atrás los manchones amarillos de flores
y se pierde en lo azul.

Corre tan rápido que parece que volara.

Urraca siente el viento deslizándose entre sus plumas y se contenta.

-¡VUELA, Perro, VUELA! Yo seré tu ojo perdido y tú serás mis alas.

Y así corren, Perro con Urraca en su lomo,
día tras día, todo el verano y todo el invierno.


Pero un día está maravillosa amistad va a ser alterada con la presencia de Zorro, un forastero en el bosque que con sus ojos embrujados, espléndido pelaje rojo y la envidia, la soledad y la rabia como bandera pondrá a prueba la amistad de Perro y Urraca.


No lo tiene fácil Zorro para conseguir separar el intenso vínculo que han creado estos dos leales amigos.  Lo tiene que intentar repetidas veces pues Urraca, distante y desconfiada hacia el invitado, percibe desde el principio la desolación que en él se encuentra.


-Zorro no pertenece a ningún lugar. No ama a nadie.


 Pero tras varios intentos y prometiéndole que con él iba a conseguir lo que Urraca más anhela -volar de verdad- Zorro logra lo que parecía imposible, separar a los leales amigos.


 Mientras Perro duerme, Urraca y Zorro atraviesan los árboles
de coolibah como centellas, rasgan las altas hierbas,
saltan sobre las inmensas rozas.

Zorro corre tan rápido que sus patas apenas tocan el suelo
y Urraca grita dichosa:

-¡POR FIN ESTOY VOLANDO! ¡VOLANDO DE VERDAD!



Como os podéis imaginar el verdadero objetivo que este zorro malvado, envioso y carente de afectos buscaba no era lograr que Urraca reviviese la sensación de volar sino algo muy distinto. Lo que Zorro deseaba era que Urraca y Perro sintiesen la soledad que a él le embargaba y le amargaba impidiéndole disfrutar de la felicidad de los demás.   

Entonces Zorro sacude a Urraca de su lomo
 como si fuese una pulga, y se aleja silencioso.

Se vuelve, y mirando a Urraca, dice:

-Ahora tú y Perro sabrán lo que es estar
verdaderamente solo.


Y es que en Zorro no solamente se nos habla de amistad o de la necesidad del otro en nuestras limitaciones sino que Margaret Wild con un lenguaje bello y cautivador que en ocasiones suena como un auténtico susurro, consigue plantearnos cuestiones mucho más duras, sentimientos como la traición, la desolación, la soledad, la envidia... presentes en la infancia de todo niño, pero que nosotros, adultos protectores pretendemos negarlos u ocultarlos y si no nos es posible, al menos, edulcorarlos.  



Para que el libro sea tan redondo a la maestría de Margaret Wild hay que añadirle las ilustraciones de Ron Brooks, con las que entendemos perfectamente que Brooks sea considerado uno de los nombres importantes del libro-álbum contemporáneo. 

Con un acercamiento que en esta ocasión que evoca el expresionismo abstracto Brooks nos presenta a los protagonistas de la historia, unos animales que pese a su estilización nos ofrecen una imagen perfectamente real. El juego de texturas, la paleta utilizada,  el fino trazo, las tachaduras, los garabatos, la tipografía empleada, el texto colocado en franjas que nos marcan el ritmo y el tono del relato... todo ello son los elementos que consiguen hacer de esta historia algo muy especial. No en vano el libro ha sido varias veces premiado, entre otros por el Children’s Book Council of Australia.
 

Se me olvidaba, Zorro también podemos verlo como un canto a la valentía y a la fuerza que nos otorga la amistad. Urraca, abandonada en el calor del desierto, a la deriva, sola, desvalida... logrará, únicamente con la imagen de Perro, reunir las fuerzas suficientes para iniciar el camino de regreso.

Lentamente, brinca brincado
comienza su largo viaje de regreso.

Espero que lo disfrutéis. 

  

1 comentario:

  1. ¡Qué buena historia y qué intensidad en las ilustraciones! ¡Me encantó!

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