miércoles, 22 de enero de 2014

El mundo de...Sr. Lear

"Os presento al Sr. Lear
Un grosero, dicen unos
mientras que los otros lo admiran
por sus gordos libros inoportunos.

Es una mente concreta y estomagante,
su nariz enorme hace mal de ojo,
su cara es bastante repugnante, 
su barba es un trampantojo
                                             ..." 

Así se presentaba Edward Lear, escritor e ilustrador británico conocido por sus poesías  y sus limericks (poesías humorísticas breves, de cinco líneas, en las que las dos primeras y las dos últimas riman) y cuya obra hemos publicado en RZ100 Cuentos de boca (pinchando aquí accedereis a la selección publicada).


Edward Lear nació en 1812 en Highgate, un suburbio londinense en una familia muy numerosa (eran 21 hermanos) y con escasos recursos económicos por lo que a la temprana edad de catorce años tuvo que comenzar a ganarse la vida como  ilustrador.


Su primera publicación llustrations of the Family of Psittacidae, or Parrots le otorga una consideración como dibujante que le da la posibilidad de trabajar con Joe Gould -reconocido ornitólogo con el que viajó por Amsterdam, Rotterdam, Berna y Berlín dibujando pájaros-  o con Lord Stanley  para cuyo zoológico ilustró varios libros de pájaros y otros animales. Trabajos   que establecerán su reputación como uno de los mejores ilustradores de historia natural de su tiempo llegando a ser comparado con Audubon

Pero su vida fue mucho más bohemia, itinerante e inestable de los que estás primeras líneas describen. Si bien nunca dejo de publicar estos supuestos trabajos "serios" que le llevaron a ser maestro de arte de la Reina Victoria Eugenia y sus obras hoy pueden ser vistas en muchos museos de Inglaterra, lo hizo combinándolo con esa otra faceta divertida, innovadora, transgresora que lo han llevado a ser considerado por muchos el maestro del non-sense.


Esta nueva faceta comienza en 1846 fecha en la que bajo el seudónimo de Derry Down Derry publica A Book of Nonsense. No es un dato cualquiera decir que en este momento  la literatura empezaba a tener importancia y Lear viajero infatigable -gracias como ya hemos visto a su trabajo como dibujante- y con un agudísimo sentido del humor plasmó todos sus conocimientos y su fértil imaginación al servicio de este nuevo público creando un libro escrito en verso, 62 limericks para ser más exactos en los que que juega con la fonética además de deleitarse creando nuevas palabras  y a cada uno de ellos le otorgaba un curioso personaje, con caricatura incluida.


Había una señorita de Moguer
cuyo mentón era una punta de alfiler
lo hacia limar cada hora
se compró un arpa de autora
y rasgueó con el mentón por Morguer

Como se puede comprobar fácilmente la energía que envuelve todo lo escrito por Lear es el humor. Ese humor que, en Inglaterra, pasa tradicionalmente por el nonsense, el sinsentido, al que, después de Lear, también recurrió Carroll para, como él, ridiculizar la lógica por medio de la lógica. La  técnica de Lear, la enunciación pura y dura del disparate adquiere su plenitud con el dibujo que lo acompaña. Al dignificar  el garabato, que adquiere categoría artística, Lear inicia toda una escuela de dibujantes que hoy ha llegado a su apogeo, sin por ello conocer su origen.



Érase una vieja dama de Chertsey,
Que hizo una singular reverencia:
como trompo giró y giró
Hasta que en suelo dio,
Lo que afligió a todo el pueblo de Chertsey

 A book of Non Sense volvió a ser publicado en 1961, ahora sí firmado por Edward Lear. En la década siguiente  salieron a la luz Nonsense Songs, Stories and Alphabets (1871), More Nonsense, Pictures, Rhymes, Botany (1872) y Laughable Lyrics (1876) en los que encontramos poesía non-sense en formas diferentes limerick.


El Pez Fizzgiggious,
que siempre caminaba sobre zancos,
porque no tenía piernas.


Para aquellos que estas líneas les hayan abierto la curiosidad os recomendamos el libro que bajo el título de Disparatario  y con selección y prólogo de Cristóbal Serra publicó en 1984 la editorial Tusquets y como no, bucear por este blog y disfrutar de los limericks publicados.

A día de hoy, según la crítica inglesa, Edward Lear sigue siendo considerado uno de los cien mejores escritores del mundo y sus versos  continúan estudiándose en los colegios ingleses dentro del curriculum oficial.


Fuentes:

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