miércoles, 4 de diciembre de 2013

El Mundo de...Tomi Ungerer



Hoy el Mundo de... vamos a hablar de Tomi Ungerer, controvertido personaje, díficil de definir y encasillar pues su obra abarca facetas tan diversas como la de cartelista, caricaturista, activista político, erotómano... y como no escritor e ilustrador tanto de libros para adultos como de literatura infantil. Esta última faceta, por la que recibió el Hans Christian Andersen en 1998 nominado por la sección francesa del IBBY como ilustrador, es  la que hoy Cuentos de boca les invita a descubrir o recordar.

"Soy un agente provocador, siempre quise hacer libros infantiles 
que no le gustasen a los adultos. [...]
Lo que importa es desarrollar la imaginación de los niños"

Nacido en Estrasburgo en 1931 su estilo fue definido por el jurado el premio H. C. Andersen como audaz, colorista, innovador, irreverente y único siendo capaz de crear a lo largo de su extensa trayectoria -se calcula que ha realizado unos 40.000 dibujos y más de 120 libros ilustrados que han sido traducidos a más de 30 idiomas- un nuevo mundo "ungeriano" de satírica fantasía y puro placer. Un mundo que comenzó a gestarse hace casi sesenta años, concretamente en 1957 cuando la editorial Harper le publicó su primer libro infantil: Los mellops se lanzan a volar. 


En  Los mellops se lanzan a volar, y en todos los de la misma serie que vendrán a continuación, se narra las aventuras de  una encantadora familia de cerdos cuya mayor satisfacción en la vida es comerse el pastel que Madame Melops hace para todos ellos tras el esfuerzo de la aventura. Aunque hoy en día Ungerer prefiere no recordarlo y no entiende cómo todavía siguen teniendo éxito lo cierto es que en su época recibió varios premios e importantes críticas.



 

En 1957 Tomi Ungerer acaba de llegar a América, país en el que vivirá los próximos trece años. En estos comienzos alternaba su trabajo en el ámbito de la literatura infantil con colaboraciones en revistas como Esquire, Life, Hollidays o The New York Times, además de realizar incursiones en el mundo de la televisión y la publicidad. Debido a la calidad de sus dibujos y por supuesto a la ironía y atrevimiento que en ellos había pronto se hizo un nombre teniendo que elegir el campo al que quería dedicar sus fuerzas. La decisión fue fácil para él, a partir de ese momento se volcaría en la edición.


En los siguientes cinco años nacieron, además de tres libros más de la serie de los Melops, Crictor (1958), Adelaide (1959), Emil (1960) y Rufus (1961) historias todas ellas protagonizadas por algún animal entrañable -Rufus es un murciélago; Emil un símpático e inteligente pulpo verde; Adelaide una canguro con alas que decide recorrer mundo y Crictor una boa constrictor que le llega en una caja de regalo a una anciana y decide convertirla en animal de compañía-. Historias deliciosas, con finales felices en las que los buenos siempre vencen a los malos y los indefensos  encuentran el buen camino.

Historias en las que siempre se desarrolla algún acto heroico por parte de sus amables, dulces e ingenuos protagonistas pero en las que ya podemos ver ese fastántisco sentido del humor negro -como entender sino a una boa convertida en animal de compañía o en ese mismo libro la ilustración en la que encontramos a un niño subido a un árbol que nos muestra una soga por encima de uno de sus amigos- tan presente en Tomi  Ungerer además de una sobervia adecuación del estilo de la ilustración a la historia que se narra.

 

Desde las ilustraciones con solo dos tintas  en las que como si de un mero dibujo modernista se tratase utilizadas para mostrarnos ese mundo provinciano en el que se integra la serpiente Crictor  a esos dibujos de líneas mucho más redondeadas y perfil negro grueso inundados de color, imagen de ese día luminoso que acaba de descubrir el murciélago Rufus.


Pero probablemente el libro que marca un antes y un después en la carrera de Tomi Ungerer fue Los tres bandidos.
"Había una vez tres feroces bandidos con anchas  
capas negras y altos sombreros negros. 
El primero tenía un trabuco.  
El segundo, un fuelle lleno de pimienta. 
El tercero, una enorme hacha roja. 
Por la noche, cuando oscurecía, se ponían al acecho junto al camino
..."

Desde su edición original en Alemania en 1961 Los Tres bandidos se ha convertido en todo un clásico contemporáneo, traducido a más de 30 idiomas y con el que varias generaciones de niños han crecido obnubilados por una historia con bandidos por protagonistas, excelentemente caracterizados todo hay que decir, que acometen sus fechorías con un instrumental bastante atípico. 


Un relato narrado de manera simple en el que nuevamente el contraste cromático, como ya sucedía en Rufus, es utilizado por parte de Tomi Ungerer de manera sobervia. Frente al mundo siniestro y enigmático de los ladrones descrito en azul y negro a modo de sombras chinescas, la paleta cromática se irá ampliando conforme van creaciendo los sentimientos de los ladrones que, con la irrupción en sus vidas de una niña huérfana, decidirán convertirse en filántropos y utilizar las riquezas que durante tantos años habían acumulado en ayudar a otro niños necesitados.

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Tras Los tres bandidos llegaron nuevos éxitos y alguna que otra decepción. El éxito vino de la mano de Hombre Luna un álbum, publicado en Suiza en 1966 que en su traducción al inglés obtuvo el premio Book Week de 1967 y que Maurice Sendak lo califico como  uno de los mejores álbunes de los últimos años.  

En él se narra el malogrado viaje que Hombre Luna realiza a nuestro planeta para salir de su rutina y disfrutar de las diversiones que observa desde arriba, pero en lugar de la diversión esperada a su llegada a la tierra, bastante accidentada todo hay que decirlo, se convierte en reo y posteriormente en fugitivo de la justicia. 


Una deliciosa historia bajo la que se esconde esa crítica social tan presente en la obra de Tomy Ungerer. El inocente y puro Hombre Luna, que solamente deseaba probar lo que era la libertad y la diversión no consigue ser aceptado por una sociedad autoritaria, militarizada y hostil a todo aquello que no entra en sus esquemas. Al Hombre Luna únicamente le comprenderá y ayudará otro inadaptado: el viejo doctor Bunsen van der Dunkel. Otro ser marginal que Tomi Ungerer convierte en héroe. Triunfo de la bondad y la ciencia. Como en tantos libros de Ungerer el bueno vence al malo y el indefenso alcanza la felicidad.


Una historia que fue llevada al cine en el 2007 por Fritz Böhm y en el 2012 por el productor Stephan Schesch en la que era su primera incursión como director, aunque ya había producido la adaptación al cine de Los tres Bandidos. Una pequeña muestra de Moon Man (Jean de la Lune) de Stephan Schesch.


Tras Hombre Luna vieron la luz Zeralda’s Ogre (1967), Ask Me a Question (1968), The Hat, (1970), I’m Papa Snap And These My Favourite No Such Stories (1971), The Beast of Monsieur Racine (1971) y Ningún beso para mamá (1973).  Un libro, este último, muy controvertido que hizo saltar muchos tabúes para su tiempo. 

 

El protagonista es un gato desobediente que disfruta haciendo todo tipo de fechorías en el colegio y que lo que más odia en este mundo son los besos de  mamá. El libro, recordemos que es de 1973, le valió las protestas de los educadores y las feministas de una sociedad tan puritana como la estadounidense además del Premio al peor libro del año y la prohibición expresa de publicarlo. Como el propio Tomi Ungerer escribió la sociedad de EE.UU todavía no estaba preparada.

"... Era un escándolo mostrar a un niño sentado en la taza del WC.
Así que puedo decir que fui el primero en EE.UU que hizo 
saltar los tabúes mostrando gente que bebe alcohol, fuma 
 cigarrillos o que apesta a todo el mundo con sus puros
..."
 

El desencanto que supuso todo ello para alguien tan comprometido socialmente como Tomi Ungerer fue grande. Al poco tiempo abandonaría EE UU rumbo a Canadá para recluirse en una granja y vivir de manera autónoma. El aislamiento y la tranquilidad de la nueva situación le permite compilar todas las canciones de su niñez en un libro Das Grobe Liederbuch publicado en 1975 con gran éxito.

Ese mimo año el museo de Estrasburgo le consagra una gran exposición con la que recupera los lazos con la alsacia de su infancia. Momentos de reconcilación con un artista complicado, inclasificable como lo definíamos al principio de estas líneas, que tiene una producción muy extensa y diversificada tanto en forma como en contenido pero con un nexo común: el afán provocador que ha guiado toda ella.

Tras siete años en Canadá, Tomi Ungerer junto a su familia pondrán rumbo a un nuevo país: Irlanda. Ya no suele escribir libros infantiles, de ahí la alegría que sentimos muchos cuando esto sucede. Su principal labor es ayudar a grupos de ex drogadictos y niños enfermos para los que recauda dinero con toda la ironía que le caracteriza, además de donar material gráfico al museo que la ciudad de Estrasburgo tiene dedicado a su obra.

"Diría que hay dos cosas importantes a desarrollar en un niño:
la fantasía y el sentido práctico. Sin embargo la televisión no
 hace ni lo uno ni lo otro. La televisión y el cómic dan la fantasía
 terminada y hecha. La sucesión de las imágenes es tan corta 
que no desarrolla ninguna fantasía más en el espíritu del niño, 
mientras que en un libro, entre página y página, se puede 
imaginar ya todo un mundo"

Pinchando aquí iréis a su web en la que podréis encontrar una bibliografía completa tanto de libros para niños como para adultos.

Os dejo una lista de los libros que podéis encontrar en castellano. Muchos de ellos han sido publicados por más de una editorial, en ese caso os ponemos la que creemos que será más fácil encontrar.


Y por supuesto, El hombre niebla, su último libro ya presentado en este blog porque estaba dentro de los 10 mejores libros ilustrados del 2013 según la lista creada por The New York Times. Un homenaje a esa Irlanda que le acogió hace treinta años a través de una historia de corte clásico con dos intrépidos niños por protagonistas. En youtube podemos encontrarnos un maravilloso vídeo en el que un anciano Tomi Ungerer nos narra el proceso creativo, problemas incluidos, de este libro. Dura 25 minutos, está en inglés con subtítulos en castellano y merece mucho la pena.



Gracias por leernos y hasta mañana.


    FUENTES:

    http://www.vintagechildrensbooksmykidloves.com/2010/08/adelaide.html
    http://anatarambana.blogspot.com.es/2012/09/tomi-ungerer-el-inclasificable.html
    http://www.tomiungerer.com/



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