lunes, 17 de febrero de 2014

Nunca jamás me comeré un tomate, de Lauren Child

Comenzamos la semana recomendando el estupendo libro ganador de la medalla Kate Greenaway del año 2000. Su título I will not ever never eat a tomato (Nunca jamás comeré un tomate), de Lauren Child.


Conseguir que los niños coman de todo no siempre es tarea fácil. Solemos tener que armarnos de paciencia y poner en práctica todas nuestras artimañas e imaginación para lograr ese objetivo. Esto es precisamente lo que hace Juan, el protagonista de nuestro libro, para conseguir que su inteligente y cabezota hermana Tolola cene.



Tengo una hermanita que se llama Tolola.
Es pequeña y divertida.
A veces tengo que ocuparme de ella.
A veces papá y mamá me piden que yo le dé de cenar.
Y es un trabajo muy difícil, porque Tolola
es muy exigente con la comida.
 
Tan exigente es Tolola que no le gusta comer nada: ni las zanahorias, ni los guisantes, ni los champiñones, ni los espaguetis, ni los huevos, ni la coliflor, ni los plátanos, ni las manzanas, ni el queso... Ni, por supuesto, los tomatos que ha prometido que jamás en la vida se va a comer uno. Ante semejante panorama Juan decide ingeniárselas.


Y ¿cómo?, me preguntaréis. Pues haciéndole creer a su hermana que no hay ningún problema porque no coma manzanas, zanahorias, tomates, espaguetis, champiñones... da igual, porque esa noche no tienen nada de eso para cenar. 


"Crees que esto son zanahorias. No son zanahorias.
Son naranjas procedentes de Jupiter"
"Me siguen pareciendo zanahorias" dice Lola
"Pero ¿cómo van a ser zanahorias? Le digo.
Las zanahorias no crecen en Júpiter.
"Cierto", dice Lola.
"Bueno, si son de Júpiter probaré una."
"Ummm, no están mal", dice, cogiendo otra.

Y así, con mucha paciencia e imaginación por parte de Juan, que convierte a los guisantes en gotas de Groelandia, al puré de patata en nubes del monte Fuji, a las zanahorias en naranjas de Júpiter o a las barritas de pescado en un producto procedente de un supermercado submarino, conseguirá que sea  la propia Tolola, que ha entendido perfectamente el juego, quien le pida ese alimento que jamás en su vida comería...un TOMATEEE... ya que los lunameguantes son sus favoritos.

Una historia estupenda, divertida y educativa contada a la mejor manera de Lauren Child, con sus característicos collage en donde para narrarnos escenas de la vida cotidiana superpone viñetas, estampados retros, fotografía de objetos reales además de jugar sabiamente con la perspectiva, los tamaños y sus expresivos personajes de cabeza grande y flacas piernas perfilados en negro.

Lauren Child es sin duda uno de los nombres claves de la literatura infantil del momento creadora de personajes tan éxitosos como Ana Taramba, Clarice Bean,  Ruby Redfort y, como no Charlie y Lola, nombre de Juan y Tolola en la versión inglesa.  

El éxito de  I wil not ever eat a tomato fue tal que además de ser el primero de una serie de libros, sus protagonistas se convirtieron en una éxitosa serie de televisión con la relación de estos hermanos como tema central.

Os dejó el enlace a la página web de Lauren Child y el episodio en el que Tolola aprende a comer tomate.

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