Allá, muy lejos, en el mar, el agua es tan azul como los pétalos de los lirios y tan trasparente como el mas puro cristal, pero también es muy profunda, tan profunda que ningún ancla alcanza el fondo y habrían sido necesarias numerosas torres e iglesias unidas para salvar la distancia entre el fondo y la superficie.
Es allí abajo donde vive la gente del mar.
No se os ocurra pensar que allí solo hay arena blanca, pues también crecen los árboles
Los peces pequeños y grandes escapan entre sus ramas...
Y en el lugar más profundo se levanta el castillo del rey de los mares.
Hacía muchos años que el rey se había quedado viudo, pero su anciana madre cuidaba de la casa
y de sus nietecitas, las seis princesas marinas.
La más pequeñas de todas era la más encantadora.
Tenía la piel tan suave como el pétalo de una rosa
Heath Robinson
Tenía la piel tan suave como el pétalo de una rosa
y sus ojos eran tan azules como un profundo lago,
pero al igual que sus hermanas, no tenía pies:
su cuerpo terminaba con una cola de pez.
Arthur Rackham
Las niñas jugaban todo el día en los salones de palacio y en los alrededores del castillo. [...] Cada princesita tenía en el jardín un angulito donde podía cavar y plantar a su gusto. La más pequeña, una niña singular y reflexiva, plantó además de maravillosas flores una estatua de mármol que representaba a un gracioso muchacho.
A la sirenita le encantaba escuchar a su anciana abuela narrando sus relatos sobre el mundo que
había encima del mar, donde vivían los hombres; ésta les contaba todo lo que sabía sobre barcos,
ciudades, hombres y animales.
Kay Nielsen
La abuela les prometió que cuando cumplieran quince años les daría permiso para subir a la superficie
y sentadas a la luz de la luna pudieran contemplar los grandes naves, las ciudades y los bosques.
y sentadas a la luz de la luna pudieran contemplar los grandes naves, las ciudades y los bosques.
Dorothy Lathrop
Y año tras año fue cumpliendo la promesa.
Harry Clarke, 1916
Cinco años fueron los que debió esperar la pequeña sirena,
la más ansiosa de todas por conocer cuanto acontecía allá arriba en la superficie.
Harry Clarke, 1916
Cinco años fueron los que debió esperar la pequeña sirena,
la más ansiosa de todas por conocer cuanto acontecía allá arriba en la superficie.
En estos cinco años hubo de contertarse con los relatos de sus hermanas. Cuando por la noche se quedaba
sola ante la ventana miraba hacia arriba y se imaginaba la ciudad con sus luces y música
e incluso creía oír el sonido de las campanas.
sola ante la ventana miraba hacia arriba y se imaginaba la ciudad con sus luces y música
e incluso creía oír el sonido de las campanas.
Hey Paul
Por fin llegó el día en que cumplió quince años. Su abuela la anciana reina viuda, le dijo:
-También tú eres mayor. Voy a adornarte como a tus hermanas.
Puso en su cabeza una corona de lirios blancos y en su cola ocho ostras
para dar a entender su alto rango.
para dar a entender su alto rango.
Charles Santore
Y, rauda y veloz, subió a la superficie.
Honor Appenton, 1922
El sol apenas se había ocultado. La brisa era suave y fresca y el mar estaba en calma y
allí cerca podía verse un navío y a los marinos sentados contemplando el ocaso.
Maxwer Armfield, 1913
La sirenita se acercó al barco nadando y cada vez que las olas se elevaban podía ver por los
cristales a muchas personas elegantes.
Rachel Isadora, 2000
cristales a muchas personas elegantes.
Rachel Isadora, 2000
Ese día precisamente era el cumpleaños de alguien y por ello había una fiesta.
Katie Thamer Treherne, 1989
Era el cumpleaños del príncipe.
La sirenita nunca había visto fuegos artificiales... Pero lo que más le gustó de todo
fue el príncipe... era guapííííííísimo.
fue el príncipe... era guapííííííísimo.
Se hizo tarde, las luces se apagaron pero la sirenita continuó
allí mirando el barco.
allí mirando el barco.
En eso, el barco comenzó a moverse lentamente,
poco a poco las olas se hicieron mayores y se oyó a lo lejos un ruido de truenos.
poco a poco las olas se hicieron mayores y se oyó a lo lejos un ruido de truenos.
¡Una tempestad se avecinaba!
Todos corrían como locos...
Anne Anderson
el barco crujía...
Christian Birminghan, 2009
de pronto el palo mayor se partió como si de una caña se tratase y el barco
cayó de costado mientras el agua lo inundaba todo
Anton Lomaev
Durante un rato fue tal la oscuridad que la misma sirenita no veía nada. Cuando la luz de algún
relámpago refulgía ella buscaba a su príncipe.
Helen Stratton, 1910
Y lo vio justo en el momento en el que el mar parecía tragarlo.
En un primer momento se alegró pues así estaría en sus dominios pero enseguida se dio cuenta de
que los hombres no podían vivir bajo el agua y
que moriría antes de llegar al castillo de su padre.
Kay Nielsen
Su principe no debía morir. Nadó entre las vigas hasta que lo encontró...
Arthur Rackham
y consiguió salvarlo sosteniendo su cabeza fuera del agua.
Gennady Spirin
A la mañana siguiente el mar volvió a estar en calma.
Hans Tegner, 1853
y consiguió salvarlo sosteniendo su cabeza fuera del agua.
Gennady Spirin
A la mañana siguiente el mar volvió a estar en calma.
Hans Tegner, 1853
Entonces vio tierra firme. Nadó hacia allí y lo depositó con sumo cuidado en la arena...
A. W. Bayes, 1888
pendiente de que tuviese la cabeza levantada en dirección al sol.
Sulamith Wulfing, 1953
Comenzaron a sonar las campanas y la sirenita decidió alejarse
y esconderse tras la roca tampándose para que nadie la descubriese.
Hellen Strator, 1899
No tardó mucho en llegar una jovencita, que pareció asustarse,
pero enseguida corrió a buscar a otras personas.
Boris Diodorov
La sirenita vio como el príncipe se reanimaba pero ella se sintió triste pues el príncipe
no recordaba quien le había salvado.
Así que se hundió en el agua y volvió al castillo de su padre.
Gabriel Pacheco
Frecuentemente volvía al lugar donde había depositado
al príncipe pero nunca lograba verlo a él.
July, 1904
Un día, cuando ya no podía aguantar mas su pena, decidió contar la historia a una de sus hermanas.
Pronto se enteraron las otras y se lo conatron a dos sirenas amigas quienes
le llevaron al lugar en el que castillo en el que vivía el príncipe.
El castillo estaba construido con piedras amarillas y tenía grandes
escaleras de mármol,
una de las cuales conducía hasta el jardín.
Kay Nielsen
Desde ese día la sirenita subía por el canal que le llevaba directamente al jardín...
y allí se postaba y esperaba a que apareciese el joven príncipe.
Charles Santore
Pasaron los días y el cariño que sentía la sirenita hacia los hombres en general
y hacía su príncipe en particular fue en aumento. A la sirenita cada vez deseaba
mar convertirse en humana y conseguir que su princípe se fijase en ella.
E.S.Hardy, 1890
Así un día que el resto de los habitantes de palacio estaban de fiesta ella decidió ir en busca
de la bruja del mar para que le ayudase a conseguir sus deseos
Katie Thamer Treherne, 1989
Se dirigió hacia los abismos del Maelström, detrés de los cuales vivía la bruja.
Nunca se había acercado a un lugar tan inóspito.
La sirenita tenía miedo ante lo que veía, su corazón saltaba del pecho. Quisó volver hacia atrás
pero el pensamiento del príncipe y el deso de conseguir un alma inmortal le dio nuevos arrestos.
Me encantó excelente blog. No puedo esperar a la continuación. Hay otros Blogs? Saludos
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