jueves, 31 de octubre de 2013

Frederick de Leo Lionni





¿Y tú, por qué no trabajas, Frederick? [...]. 
Yo trabajo, les respondía Frederick
- Recojo rayos de sol para los días fríos del invierno. 

Hace 50 años que Leo Lionni creó Frederick un maravilloso libro que nos narra la historia de un ratón de campo que en lugar de reunir provisiones para el invierno como hace su familia, se dedica a recolectar cosas que el resto considera inútiles como rayos de sol, palabras o colores. A todo el mundo su labor le parece bastante inútil, pero ¿realmente no tiene importancia? El invierno les da la respuesta, porque cuando todos, resguardados en el fondo de la madriguera, se sienten tristes y abatidos por la oscuridad y el frío, Frederick les habla del sol y de los colores de la primavera y despierta en ellos la ilusión y la alegría que les ayuda a sobrellevar todas las penalidades. Frederick es artista, es poeta por eso sabe que uno no sólo se alimenta de paja y nueces.


Con Frederick Leo Lionni reivindica la individualidad y la aceptación de la identidad de cada uno. Frederick es artista, y aunque su trabajo no sea como el del resto de sus compañeros, les demuestra que también es importante, que también él hace su aportación al colectivo. En este libro Lionni nos presenta al artista no como un loco marginado sino como un ser absolutamente necesario para la sociedad y aunque en determinado momento pudiera parecer egoísta, lo que realmente encontramos es a alguien fiel a sí mismo, a alguien fiel a sus principios. 


Leo Lionni, escritor e ilustrador nacido en Ámsterdam en 1910, es, sin lugar a dudas, uno de los GRANDES de la literatura Infantil, no en vano se le considera un pionero del álbum ilustrado moderno. Cuando aparecieron sus libros revolucionaron totalmente el mundo de la ilustración y podemos hablar de un antes y un después de su obra. Si nos fijamos la gran innovación de sus ilustraciones está precisamente en la simplicidad gráfica de las imágenes, en el uso de la representación abstracta y en las técnicas  que utiliza siempre muy sencillas y reconocibles por los más pequeños: dibujos realizados con acuarelas y collages en los que emplea ceras, lápices de colores o cartulinas.


 Leo Lionni: Swimmy

Leo Lionni: Inch by Inch

Sus cuentos son una reivindicación del álbum ilustrado, en donde palabras e imágenes están combinadas en igual jerarquía. Para Lionni el álbum ilustrado va a dar la posibilidad al niño  de construir un mundo paralelo que le permititirá organizar y estructurar su fantasía. El propio autor lo explica en el siguiente fragmento:

"Uno de los ingredientes más importantes para estimular y dirigir la imaginación infantil es el libro-álbum. Pues es allí donde el niño tendrá su primer encuentro con una fantasía estructurada, reflejada en su propia imaginación y animada por sus propios sentimientos. Es donde, con la mediación de un lector adulto, descubrirá la relación entre el lenguaje visual y el verbal. Más tarde, cuando esté solo y pase las páginas una y otra vez, las ilustraciones articularán su primer monólogo interior consciente. Y con el recuerdo de la voz que se ha formado a partir de sus silentes palabras, y del ritmo obtenido, tendrá su primera clase de retórica. Sin saberlo, aprenderá acerca del principio y del fin, la causa y el efecto, y la secuencia. Y, sobre todo, descubrirá un nuevo tipo de mundo verbal, muy diferente en cuanto a estructura y estilo, al caótico tráfico verbal que lo ha rodeado hasta entonces. El libro-álbum, en medio de un ambiente complejo, muchas veces represivo e incomprensible, se convierte en una isla imaginaria. " 



La relación de Leo Lionni con la literatura Infantil comienza a los 49 años con Pequeño Azul y Pequeño Amarillo un libro que se gesta en un tren, mientras les contaba a sus nietos un cuento y a la vez rompía pedacitos de papel. A partir de este momento y hasta 1999 fecha en la que fallece a los 89 años de edad, creo más de 30 títulos en los que fue fiel a un principio: el autor de libros infantiles debe regresar a los lugares y circunstancias de su niñez en busca de sus estados de ánimo e imágenes

“Cuando niño, era un coleccionista apasionado de animales pequeños, especialmente reptiles. Los guardaba entre las paredes de cristal de un terrario donde, en una mezcla de orden y azar, arreglaba arena y guijarros, musgos y helechos, para simular un habitat natural. (…) De hecho, estos pequeños paisajes que componía fueron las primeras metáforas deliberadas de mi vida como artista. (…)  (Años más tarde) comprendí que los protagonistas de mis cuentos son los mismos actores pequeños y silenciosos que a través de las etapas de mi infancia, encerrados en paredes de cristal, habían interpretado para mí la compleja ficción de azar y destino, naturaleza, artificio, vida y muerte.”


Espero que disfrutéis tanto como yo de este genial autor que si bien no ha sido traducido en su totalidad al castellano si que me gustaría dejaros el nombre de las cuatro editoriales que han traducido obra: Lumen en la que además de Frederick podéis encontrar títulos como ¡Prohibido a los gatos! El año del ratón  (1984), o El sueño de Matías (1992); la Editorial Kapelusz de Buenos Aires con títulos como Alejandro y el ratón a cuerda (1975), El ratón Colaverde o Tico y las alas doradas; la editorial mejicana Amaquemecan y por supuesto Kaladranka, la más sencilla de encontrar que en el 2012 reeditó Frederick y Nadarín así como las secuelas de Frederick ¿Quién es?, Frederick ¿Qué es?, ¿Dónde? Frederick y ¿Cuándo? Frederick.

 Buen día y hasta mañana.

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