jueves, 19 de diciembre de 2013

Cartas a Papá Noél, de J.R.R. Tolkien

La recomendación de esta semana, y de las que vienen, van a estar marcadas por las fechas en las que estamos. No se trata de hacer un especial Navidad simplemente elegiremos tres libros con temática navideña que creamos de recomendable lectura a nuestros hijos, alumnos, amigos... El primeros de ellos Cartas de Papá Noel de J. R. R. Tolkien.


Desde el primer momento en que conocí este libro me sentí fascinada por su historia pues no es sino una recopilación de las cartas que Tolkien escribió a sus hijos durante 23 navidades. 

Para los cuatro hijos de Tolkien el interés por Papá Noel iba más allá de los regalos que éste les pudiera dejar en la chimenea en Nochebuena. El causante de este interés no era otro que su padre que en 1920 cuando John, el mayor de sus hijos contaba con apenas tres añitos, decidió hacerse pasar por Papá Noel y escribirle una carta en la que describía con palabras y dibujos su vida en el Polo Norte.

Hogar de Papá Noel, Polo Norte
22 de diciembre de 1920

Querido John:

Me he enterado de que les has preguntado a tu papá cómo soy y dónde vivo.
He hecho un autoretrato y he dibujado mi casa. Guarda bien el dibujo. Ahora
mismo me marcho a Oxford con el saco lleno de regalos (algunos para tí). 
Espero llegar a tiempo: esta noche la nieve es muy espesa en el Polo Norte.

Con cariño, Papá Noel.

Es fácil imaginar el éxito que tuvo la carta y el "engaño" continuó durante más de veinte años alegrando las navidades de la infancia de sus otros tres hijos hasta que la menor, Priscilla, cumplió catorce años. 


Conforme pasaban los años Tolkien fue complicando la historia y si bien en las primeras cartas el único personaje -además del propio Papá Noel- del que se habla es de su ayudante el Oso Polar del Norte -verdadero causante de muchos de los desastres en las historias y las confusiones en los calcetines de los niños-, poco a poco los ayudantes fueron en aumento. Así conocemos a los dos sobrinos del Oso Polar, Paksu y Valkotukka que fueron de visita y decidieron quedarse; a muñeco de nieve; al hombre que habita en la luna que cayó en el jardín de Papa Noél después de que la luna se partiese en cuatro partes, como no, por culpa de Oso Polar; a los elfos de la nieve, a los gnomos rojos, a los osos de las cavernas, al elfo Ibereth que se convertiría en el secretario de Papá Noel. Sin olvidarnos de los Trasgos, los malvados de la historia que roban los juguetes de los niños, destrozan el almacen y quieren invadir la casa de Papa Noél.


Una verdadera delicia de libro en el que Tolkien pone al servicio de la historia toda su imaginación no solo para crear las aventuras y peripecias que van a vivir Papa Noél y todos sus amigos sino para cuidar hasta el más mínimo detalle: los sobres, los matasellos venidos directamente del Polo Norte o la letra -temblorosa cuando la carta viene firmada por Papa Noél; en letra mayúscula de trazo grueso y con faltas de ortografía cuando la escribe Oso Polar o en perfecta caligrafía si es Ibereth quien la firmaba- son buena muestra del detalle e interés con el que lo hacía.

Os dejo algunos imágenes. Espero que las disfrutéis.

FUENTES

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