La vocecita, es uno de esos libros, que ya de entrada por su comienzo escatológico va a fascinar y a enganchar desde el primer momento a nuestros chavales. El protagonista es una rana de nombre Perico que como cualquier mañana tras desayunar copiosamente se tumbó sobre una gran roca a tomar el sol.
Y, ¿qué pasó en la roca? Pues que al bueno de Perico, estando allí tumbado, le entraron unas terribles ganas de hacer caca. Así que decidió buscar el árbol perfecto tras el que ocultarse y llevar a cabo su urgencia. El problema vino cuando había terminado...
¡Huy!, ¡no queda papel!
A Perico no le quedó más remedio que intentar encontrar solución a su "problemita" buscando algo que pudiera servirle para limpiarse. Lo primero en lo que pensó fue en una hoja pero enseguida desechó la idea: Las hojas picaban; después se lo ocurrió coger un trozo de musgo pero tampoco le pareció una solución adecuada porque sus dedos hubiesen acabados pringados. Hasta que por fin vio algo...
¡Mira, ese calzón viejo puede valer!
Tras alguna que otra duda lo cogió, lo usó para su propósito y volvió a tirarlo al suelo. Y, ¿sabéis qué pasó? Pues que en lugar de olvidarse del tema, en cuanto se deshizo del calzón Perico comenzó a escuchar una vocecita en su cabeza que le decía:
Soy yo, tu conciencia [...]
Soy esa vocecita que oyes
dentro de tú cabeza
cada vez que haces
alguna tontería...
El pobre Perico no podía estar más sorprendido. Lo primero porque no tenía ni idea de que era eso de la "conciencia" y lo segundo porque ni tan siquiera sabía por qué ésta estaba allí. Él no había hecho nada malo, solo había hecho caca y...
Exacto, en ese acto inocente Perico no se había dado ni tan siquiera cuenta de que el calzón que había usado debía pertenecer a alguien y que lo había usado y tirado sin tener el más mínimo respeto ni al calzoncillo ni a su dueño.
Y hasta aquí voy a leer.
Un estupendo libro con mucho humor, ágil y desenfadado escrito por Michael Escoffier y acompañado de las divertidísimas ilustraciones de Kris di Giacomo con el que además de hablar, gracias a su argumento escatológico, de higiene personal nos servirá para trabajar con nuestros chavales valores como la responsabilidad, de respeto hacia los demás y sus pertenencias y, como no, la necesidad de rectificación ante un acto equivocado, de pedir perdón y enmendar el error cometido. Normas sencillas que si todos las siguieses, grandes y pequeños, mejoraría mucho nuestra convivencia.
Espero que os guste y os sirva.
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Se me olvidaba. El final del libro es genial y sorprendente tanto para niños como para mayores. Disfrutadlo.
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