Bailar con las nubes.
Pero nuestra niña insiste e insiste.
Y mientras sigue soñando con bailar algún día con las nubes su pueblo, sin que ella apenas se dé cuenta, comienza a crecer. Primero llega Mateo, así sin avisar:
Una noche mientras soñaba con las nubes...
...unos ruidos me despertaron.
Era Mateo, un nuevo vecino que construía su casa bajo la mía.
Más tarde Teresa, una estupenda cantante de chamamé. Después Ulises, un fabricante de cometas y cada uno de ellos fue construyendo su casa sobre la de su vecino.
La noche siguiente me desperteron otros ruidos.
Era, Ulises un fabricante de cometas.
Construía su casa debajo de la casa de Teresa,
que estaba bajo la casa de Mateo, que estaba bajo mi casa.
Y por supuesto bajo la casa de Ulises vinieron otros vecinos y bajo estos otros y otros y otros...
Una mañana al salir de casa...
las vi por primera vez frente a mí.
Se movían de un lado a otro,
como invitándome a bailar con ellas.
Y hasta aquí voy a leer. Simplemente decir que nuestra niña vio cumplido su sueño pero a veces la propia vida es infinitamente mejor que aquello que hemos soñado.
Una preciosa historia contada a partir de un texto breve, conciso y acumulativo que nos dará pie -ayudado por esas estupendas ilustraciones de estilo naïf, luminosas y éxoticas- a reflexionar con nuestros chavales sobre la importancia del intercambio cultural y el respeto entre personas de diferentes procedencias. En esta historia cada nuevo vecino enriquece a la comunidad con sus costumbres, con músicas y aromas.
Espero que os guste y os sirva.
Bailar en las nubes fue finalista del III Premio Internacional Compostela 2010 de Álbum Ilustrado.
Pinchando en los siguientes enlaces accederéis a algunos otros libros que hemos comentado.
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