Ricardo Gómez suele decir que tiene dos vidas. En la primera habla de una infancia en un Madrid en el que todavía se podía jugar en la calle; de sus clases de matemáticas, esa asignatura que impartió durante años; o de esos libros que le permitieron viajar a la Luna con Julio Verne, cazar ballenas con
Melville, estremecerse de miedo con Poe o jugar a las navajas plateadas de Borges... por citar algunas de tantas y tantas lecturas que le acompañaron desde su niñez y le hicieron decidirse por su segunda vida, ésa que comenzó hace más de una década cuando decidió dejar sus clases de matemáticas y dedicarse a escribir a tiempo completo.
En estos años son muchas las historias que nos ha contado, las cosas que nos ha enseñado -una de ellas es que ser de ciencias no está reñido con las letras- y, aunque él parece no darle excesiva importancia, son muchos también los galardones conseguidos, entre ellos los más importantes de la literatura infantil y juvenil -sirvan como muestra el Barco de Vapor 2006 por la novela Ojo de Nube (ed. SM), El Alandar en las ediciones 2003 y 2013 por El cazador de estrellas (Ed. Edelvives, 2003) y por Juegos inocentes juegos (Ed. Edelvives, 2013) o el Premio Gran Angular 2010 por Mujer mirando el mar (ed. SM)- además de conseguir un gran número de fieles seguidores, entre los que debo confesar, me encuentro.
Apasionado del cine y la fotografía, de los paseos, de las charlas con amigos, de la música... Si te lo encuentras por la calle y revisas su mochila, seguro que tiene una cámara de fotos y una libreta con las que registrar y tomar nota de todo, porque como él dice nunca se sabe
cuándo te vas a encontrar una buena historia que merezca la pena ser
contada.
Conozcamos un poquito más a Ricardo Gómez.
¿Cuál es el primer libro que recuerda?
Mis recuerdos son heterogéneos y curiosos. Por supuesto, me acuerdo de haber leído cuentos clásicos, pero también de escuchar leyendas que contaba una maestra en clase, cuando yo tenía siete años, que luego supe que eran de La Ilíada y La Odisea. A los ocho, mi abuelo me leía fragmentos de El Quijote. Antes de los diez años, por supuesto había devorado cientos de tebeos, entre ellos de El Capitán Trueno.
Ilustraciones de Tesa González para El sueño de Lu Shzu.
(Ed. Edelvives)
(Ed. Edelvives)
¿Cuál es el último libro que ha comprado?
¿Puedo decir dos? La lección de anatomía, de Marta Sanz, y El queso y los gusanos, una curioso híbrido de novela e historia, de Carlo Ginzburg.
Nunca he hecho intención de recordar fragmentos de novelas pero, al revés, creo que si me leyeran el comienzo de unos cuantos libros muy leídos, identificaría título y autor. Lo que sí hice de estudiante y de joven fue aprender poesías, que aún recuerdo, de Poe, Lorca, Machado, Vallejo, Borges…
Ilustración de María Lires para El hermano secreto de Caperucita Erre.
(Ed. Edelvives)
Difícil. Tengo algunas obras muy queridas, a veces porque están basados en individuos reales y cercanos. En otras ocasiones, por la construcción de personajes imaginarios que me han costado mucho esfuerzo afectivo. Si me dejas citar tres, Diario en un campo de barro, Mujer mirando al mar y Cuentos crudos.
Ilustración de Juan Ramón Alonso para 7 cuentos crudos.
(Ed. SM)
¿Cuáles son sus motivaciones para seguir escribiendo?
Las mismas que para seguir leyendo: descubrir personajes, vivir otras vidas, pensar en una clave diferente, recrear espacios pasados o futuros que nunca conoceré, imaginar, reflexionar sobre la trivialidad que nos rodea o descubrir lo sublime en otros seres humanos. Escribir es una forma de descubrir y, sobre todo, de descubrirse.
¿Cómo es su rutina de trabajo?
No tengo rutinas, sino manías. Puedo escribir de mañana, tarde o noche. A veces, a pequeños impulsos; otras, con gran concentración. Necesito soledad, silencio y libros a mi alrededor. Pero también soy capaz de escribir en el campo o en un tren, aunque es una escritura distinta de la que implica componer una novela.
¿Cuál es la diferencia entre un buen libro y un mal libro?
Un buen libro hay que leerlo al menos dos veces, si es posible la segunda a continuación de la primera. Lo deseable es poder leerlo por tercera vez muchos años más tarde. El mal libro se deja leer una sola vez y rapidito, porque siempre hay historias interesantes que esperan.
Ilustraciones de Tesa González para El perro que buscaba estrellas.
(Ed. Edelvives)
¿Cómo es el estilo que desearía tener?
Conciso pero detallista. Pulcro pero audaz.
¿Qué considera definitorio de la literatura infantil?
La literatura infantil debería ser La Buena Literatura que incidentalmente pueden leer niños. El problema surge cuando tratamos de definir: qué es la literatura “Buena” y a qué llamamos “Infantil”. Creo que se parte de muchas restricciones estéticas y morales para decidir qué pueden leer niños y jóvenes, cuando su potencial lector es enorme. Un error de partida es considerar a los lectores de menor edad como débiles mentales. Yo me rebelo ante eso.
¿Por qué eligió la literatura como medio personal?
No sé si la elegí yo. Digamos que tuve la suerte de que la literatura vino a mí desde muy niño, naturalmente como lector, gracias a un abuelo, algún amigo y a algunos maestros. Siempre he leído pero mis primeras escrituras son de cuando ya tenía 45 años, después de haberme dedicado a las matemáticas y a su docencia. Ahora escribo con una mezcla de decisión, pasión, privilegio y no sé si de temeridad dados los tiempos que corren.
¿Con qué autor actual le gustaría colaborar?
Ya colaboro con varios ilustradores magníficos que no voy a citar. Por decir un par de nombres inaccesibles, con Joe Sacco o con Shaun Tan.
Ilustración de Jesús Gabán para Ojo de nube.
(Ed. SM).
Premio Barco de Vapor 2006
¿Con qué autor del pasado le gustaría colaborar?
Con Bach o Leonardo Da Vinci por razones obvias. Pero también con Marin Mersenne, un cura y matemático extraño del siglo XVII, que reunió a su alrededor un círculo de escritores y científicos a quienes debemos la Ilustración europea posterior.
¿Cuál es su próximo proyecto?
Suelo trabajar a la vez en varias cosas (de la misma manera suelo leer dos libros al mismo tiempo). Tengo abiertas un par de novelas, ya bastante avanzadas, corrijo otra escrita hace algunos meses, y doy vueltas a futuras historias. En lo inmediato, espero publicar el año próximo dos álbumes con dos ilustradores diferentes, lo que significa que disfruto con ellos en la lenta pero gozosa confección de páginas.
Ilustraciones de Tesa González para 3333.
(Ed. SM)
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Ricardo también ha publicado novelas para adultos, libros divulgativos, adaptaciones de clásicos y textos en libros colectivos. Todo ello podrás encontrarlo en su página web.
Muchísimas gracias Ricardo por dejarnos conocerte un poquito más.
A continuación os dejamos el enlace a algunas de las entrevistas que hemos publicado con autores de literatura infantil y juvenil. Para acceder a ellas simplemente pinchad en la imagen.
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